El Antropomorfismo Bíblico: Cuando Dios Habla Nuestro Idioma
- bolfrangodoy
- 12 jul
- 4 Min. de lectura

Cuando la Biblia afirma que Dios “tiene ojos”, “se arrepiente”, “descendió”, o que Moisés “vio sus espaldas” (Éxodo 33:23), estamos frente a una serie de expresiones teológicas conocidas como antropomorfismos: descripciones de Dios con rasgos humanos. Estas no deben interpretarse como afirmaciones literales sobre la naturaleza divina, sino como figuras de lenguaje empleadas para comunicarse con criaturas finitas en un marco comprensible.
Comprender este fenómeno requiere ir más allá de la simple lectura literal. Necesitamos adentrarnos en el terreno de la exégesis bíblica, la crítica textual, la lingüística hebrea, la teología sistemática y la filosofía del lenguaje.
Exégesis de Textos Antropomórficos
Los textos bíblicos que emplean este tipo de lenguaje están lejos de ser declaraciones ontológicas sobre la esencia de Dios. Algunos ejemplos clásicos son:
Éxodo 33:23 – “Verás mis espaldas, pero no se verá mi rostro”.
Génesis 6:6 – “Y se arrepintió Jehová de haber hecho al hombre en la tierra”.
Salmo 18:15 – “Entonces aparecieron los abismos… al resoplido del aliento de tu nariz”.
Estos pasajes utilizan un lenguaje narrativo y poético para transmitir verdades teológicas. Moisés no vio la espalda literal de Dios; más bien, fue una manifestación parcial de su gloria. Cuando dice que “Dios se arrepintió”, no implica cambio moral o error, sino un cambio en su trato hacia el ser humano en términos relacionales.
Análisis Lingüístico y Crítica Textual
a) Crítica Textual
Los manuscritos más antiguos (como la Biblia Hebraica Stuttgartensia, LXX y Qumrán) no reflejan alteraciones significativas en los pasajes antropomórficos. Esto confirma que la intención original era teológica y literaria, no una corrupción posterior. La crítica textual, por tanto, refuerza la autenticidad del uso figurado del lenguaje.
b) Morfología y Sintaxis Hebrea
El hebreo bíblico es un idioma altamente concreto, con énfasis en lo pictórico. Palabras como:
Yad (יד) = “mano”, se refiere a poder, autoridad, acción.
Paním (פָּנִים) = “rostro”, puede implicar presencia, favor, atención.
Naham (נָחַם) = “arrepentirse”, también significa cambiar de actitud o mostrar compasión según el contexto.
La morfología verbal (piel, hiphil, qal, etc.) y los sufijos pronominales cumplen funciones expresivas, no literalistas. Por ejemplo, el uso del piel intensifica la acción y proyecta una fuerza emocional o narrativa.
c) Semántica Contextual
En la semántica hebrea, una palabra adquiere su significado según el campo semántico y el contexto narrativo. La “mano de Dios” implica acción poderosa, no una extremidad literal. Interpretarla literalmente sería cometer un error de categoría semántica.
Teología del Lenguaje Divino: La Acomodación
El reformador Juan Calvino dijo que Dios “balbucea como una madre a su hijo” para que podamos entenderlo. Esta idea teológica se conoce como teoría de la acomodación: Dios se adapta a nuestras limitaciones lingüísticas sin rebajarse ontológicamente. En la teología clásica, se sostiene que Dios no puede ser plenamente comprendido ni descrito con precisión total (Isaías 55:8-9). Por tanto, usa lenguaje análogo para revelar su carácter.
Filosofía del Lenguaje Religioso: Analogía y Misterio
Tomás de Aquino afirmó que nuestro lenguaje sobre Dios no puede ser ni unívoco (igual que el humano), ni equívoco (totalmente diferente), sino analógico. Esto implica que hay semejanza en la diferencia. Cuando decimos que “Dios ama”, no es lo mismo que cuando un humano ama, pero tampoco es totalmente distinto. Es un amor que se refleja en el nuestro, pero lo trasciende infinitamente.
“Decir que Dios tiene ojos es decir que no hay nada oculto ante Él. Decir que escucha es decir que es consciente de nuestras súplicas.”
Respondiendo a los Malentendidos
Muchos escépticos como Richard Dawkins y Bart Ehrman afirman que el Dios de la Biblia es una proyección humana. Sin embargo, esta crítica no distingue entre lenguaje funcional y ontológico.
Lenguaje funcional: usado para relatar cómo Dios actúa en la historia.
Lenguaje ontológico: describe el ser mismo de Dios.
Al confundir ambos niveles, los críticos construyen hombres de paja teológicos. La teología cristiana, desde los Padres hasta la Reforma, ha entendido los antropomorfismos como formas de revelación adaptadas, no limitadas.
El antropomorfismo bíblico es una herramienta lingüística, teológica y pedagógica. Dios, siendo infinito, se da a conocer en formas comprensibles para los seres humanos. Estas expresiones no disminuyen su gloria, sino que demuestran su condescendencia amorosa. No son un intento por definir a Dios con exactitud, sino por acercar al ser humano a una experiencia real de lo divino.
Frente a un mundo que demanda precisión y racionalidad, el antropomorfismo bíblico no es una debilidad, sino una estrategia divina para comunicarse con criaturas finitas. No debemos leer la Biblia como si fuera un tratado científico, sino como una revelación enraizada en el lenguaje humano, pero guiada por la sabiduría eterna.
Nota del Autor
Este artículo sobre el antropomorfismo bíblico no pretende ridiculizar creencias ni desacreditar a quienes interpretan literalmente ciertos pasajes. Su propósito es ofrecer una lectura seria y contextual que enriquezca la comprensión teológica del lenguaje bíblico. En La Llave de la Ciencia, defendemos una fe pensada y arraigada en las Escrituras, abierta al diálogo entre la exégesis, la filosofía y la ciencia. Invitamos al lector a reflexionar con humildad y discernimiento, dejando que la verdad bíblica, no la tradición ni la opinión, guíe su comprensión de Dios.








Excelente artículo, como creyente muchas veces desconocemos toda esta información y aplicamos empíricamente todo lo que escuchamos sin prueba alguna de que es correcto.